El rugby como escuela de fortaleza mental y física

Corre, taclea y resiste. Sofía Prada no solo juega rugby: lo convierte en herramienta para vencer miedos, romper estigmas y formar equipo dentro y fuera de la cancha.

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Harold Tulcan

and

Laura Gualtero

Mientras muchos aún se preguntan qué es el rugby, Sofía Prada ya lo juega, lo entrena y lo vive. Desde pequeña rondaba las canchas acompañando a su hermana, y hoy es ella quien corre, taclea y rompe líneas en cada partido.

Su primer contacto fue con el equipo pionero del Tolima, Centauros, pero fue en la Universidad del Tolima donde realmente se metió de lleno al deporte. “Ya sabía de qué se trataba. Cuando vi que había un grupo de chicas entrenando, supe que ese era mi lugar”, cuenta.

Al principio, como muchos, se sintió perdida en medio de reglas, empujones y dinámicas nuevas. Pero también sintió que tenía algo para dar. Lo confirmó en su primer partido: nervios, adrenalina e incertidumbre. Y aun así, se quedó.

Juega de ala y penetradora, dos posiciones que exigen velocidad y coraje. “Me gusta correr con el balón, avanzar metros, que mis compañeras confíen en que puedo romper la defensa. Es indescriptible”, dice.

Pero no todo ha sido cancha. También ha conocido el dolor: una lesión de rodilla la sacó un tiempo. “Fue duro. El miedo a volver a lesionarme estaba ahí. Pero aprendí a parar, cuidarme y volver poco a poco”.

Sofía no esquiva los temas difíciles. Sobre la idea de que el rugby es violento, responde sin rodeos: “Es un deporte técnico. Hay contacto, claro, pero uno aprende a cuidarse y a cuidar al otro. Lo que pasa en la cancha, se queda en la cancha”.

Más allá de los entrenamientos, el gimnasio y los partidos, el rugby le ha dejado enseñanzas de vida. “Me enseñó que .soy más fuerte de lo que creo. No solo físicamente, también mentalmente. Me caigo, pero me levanto. Siempre voy hacia adelante”.

Representó al Tolima en torneos y entrenó con la Selección Departamental. Sin embargo, lo que más valora son los lazos que creó. “Lo mejor es la hermandad. Saber que después de todo seguimos conectadas, con la misma energía”.

¿El mensaje para quienes dudan en probar el rugby? Claro y sin adornos: “Todos tienen miedo al principio. Pero hay espacio para todos los cuerpos. Lo importante es atreverse. Porque en la cancha, el miedo se convierte en fuerza”.

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