BookTok y el renacer de la lectura: una mirada desde la comunicación-educación

By

Miguel Barragán

En los últimos años, TikTok ha dejado de ser solo una red social de entretenimiento para convertirse en un espacio donde circulan saberes, opiniones y experiencias compartidas. Uno de los fenómenos más interesantes que ha surgido en este entorno es el de BookTok, una comunidad global que gira en torno a la lectura y que ha logrado posicionar libros, autores y géneros completos en la conversación pública, especialmente entre jóvenes. Un caso emblemático es el de Los siete maridos de Evelyn Hugo, una novela publicada en 2017 pero que alcanzó gran visibilidad y ventas masivas a partir de su viralización en esta plataforma.

Desde una mirada que articula comunicación y educación, este fenómeno no puede entenderse solo como una moda pasajera. En realidad, nos habla de nuevas formas de aprender, de construir sentido colectivo y de formar ciudadanía cultural a través de medios digitales. El libro de Taylor Jenkins Reid no se impone desde la escuela ni desde la crítica literaria tradicional, sino que cobra vida en las emociones, los debates y las lecturas personales que millones de usuarios comparten a través de TikTok. La lectura se convierte aquí en una experiencia activa, mediada por lo afectivo y lo social, donde los lectores ya no son receptores pasivos, sino productores de contenido, sentido y comunidad.

Autores como Paulo Freire y Mario Kaplún han insistido en que educar no es transmitir información, sino generar diálogo, problematizar la realidad y construir conocimiento desde la experiencia. BookTok, en ese sentido, es un espacio de educación no formal donde se reflexiona, se pregunta y se interpreta. Las recomendaciones no se centran solo en si el libro es “bueno o malo”, sino en qué significó para quien lo leyó, cómo se sintió, con qué personajes se identificó y qué reflexiones despertó. Se lee para compartir, para debatir, para encontrar otras voces.

Los siete maridos de Evelyn Hugo, por ejemplo, ha sido leído desde múltiples perspectivas: feminista, queer, histórica, incluso sociológica. Su protagonista, una estrella ficticia del Hollywood clásico, representa temas como la identidad, el poder, el amor prohibido y la lucha por el control de la propia narrativa. La forma en que los usuarios de BookTok reinterpretan estos elementos demuestra que no solo están consumiendo una historia, sino que están dialogando con ella desde sus propias realidades. Aquí la lectura no es una actividad individual y silenciosa, sino una experiencia conectiva, colectiva y muchas veces transformadora.

Este tipo de procesos desafía las formas tradicionales de enseñanza de la lectura, que suelen estar centradas en análisis técnico, respuestas correctas y evaluaciones cerradas. En contraste, BookTok propone una lectura emocional, abierta y colaborativa, donde importa tanto el contenido del libro como la forma en que se comparte y resignifica. Lo que antes podía parecer una práctica marginal, hoy se convierte en un motor para que muchos jóvenes descubran el gusto por la literatura, incluso en contextos donde el acceso al libro había perdido terreno frente a otras formas de entretenimiento.

Lo que está en juego aquí no es solo el auge de un libro o una red social, sino una transformación más amplia sobre cómo circula el conocimiento, quién lo valida y desde dónde se produce. Esta dinámica evidencia que hoy existen múltiples espacios de aprendizaje más allá del aula, donde se configuran subjetividades críticas, creativas y activas. En lugar de ver las redes sociales como enemigas de la educación, se pueden entender como escenarios que, con todas sus contradicciones, permiten formas novedosas de expresión, reflexión y participación cultural. Así, el caso de BookTok y la popularización de Los siete maridos de Evelyn Hugo nos invita a repensar los vínculos entre comunicación, cultura y educación. Nos muestra que la lectura, lejos de estar en crisis, está encontrando nuevos caminos para conectar con los sujetos, especialmente con los más jóvenes. Y que, cuando se les permite apropiarse de las historias, interpretarlas desde sus propias vidas y compartirlas libremente, la lectura vuelve a tener sentido, emoción y potencia transformadora.

Scroll to Top