Una constante cuando se ve a personas en la calle sin cabello, sobre todo mujeres o niños es voltearlos a mirar o ignorarlos porque esa calvicie genera curiosidad y rareza además de los murmullos y las preguntas de porque no tiene cabello. Pero lo que el transeúnte no logra ver es que esa persona está enfrentando un reto que va más allá de los temas de salud sino que proviene de las inseguridades, mismas que han sido causadas por el trato de una sociedad que ha llevado los aspectos físicos del ser humano a niveles exagerados. Ese es el caso de Katherine Gallego Alvarez, una calva que se cansó de las miradas feas, las burlas e incluso el desprecio y decidió poner de moda la calvicie que no es más que el resultado de la intervención de las drogas asesinas del cáncer en el cuerpo.
Pero esa no es la única razón por la que personas como Katherine deciden cambiar el discurso y decir, las calvas también son guapas. Va más allá, radica en esa fea costumbre de opinar sobre el cuerpo de otro y sobre todo de decidir que está bien en el cuerpo de una mujer: el cabello largo, un cuerpo curvilíneo. Pero dejar todo eso incluso desde el ser mujer no es fácil, enfrentarse al qué dirán y hacerlo sin un seno, sin cabello, sin cejas y pestañas se convierte en un reto, aunque se logra con mujeres determinantes que deciden que esa cicatriz en su pecho es un recuerdo de que aún tienen vida y es una oportunidad para enseñarle a los más chiquitos que la enfermedad te quita el cabello pero no la sonrisa.

Como parte de la motivación por poner de moda a las calvas, Katherine ha participado en la construcción de una fundación que hace felices a todas esas personas que han sido mutiladas por el cáncer. Porque si, hay personas a las que sí les importa ver sonreír a otros, hay personas que crean fundaciones o organizaciones sin ánimos de lucro con el fin de concederle deseos a otros y fortalecer un discurso de seguridad y apropiación por los cuerpos transformados por el cáncer.
Si bien en Colombia las autoridades han reglamentado leyes que benefician y garantizan a las personas que se ven afectadas por el cáncer o otras enfermedades el acceso medicamentos, información y atención, esto no es suficiente; es ahí donde entra el apoyo de las fundaciones a estas personas con acompañamiento psicológico, acciones de tutela o procesos legales, apoyo en actividades educativas al personal de salud que los atiende y la posibilidad de encontrar a otros en la misma situación conformando una familia. Igualmente la creación de espacios para el divertimento y así salir del mundo de los hospitales son una pequeña parte del objetivo que cumplen estas organizaciones sin ánimo de lucro que nacen a partir de las experiencias de personas como Katherine que para enfrentar la enfermedad, funda un discurso de amor propio, ‘Las Calvas Están de Moda’, y constituye la ‘Fundación las calvas org’.